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Crisis de fertilizantes, una oportunidad para los fosfatos

Una encuesta reciente del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Migradi) de Perú indica que en la siguiente temporada dejarán de sembrarse 20 mil hectáreas de arroz, papa y cebolla. La crisis mundial de fertilizantes viene afectando a pequeños y medianos agricultores en el país, que según la Encuesta Nacional Agropecuaria 2019, son 2 millones 244 mil. Y de ellos, casi la mitad (46,7%) utiliza fertilizantes químicos. 

Ángel Misayuri, presidente del Frente de Defensa de Productores Agropecuarios de Junín declaró a Diálogo Chino: “Estimamos que la producción se reducirá porque los fertilizantes se han elevado casi un 300%. Antes la urea costaba US$15 el saco, ahora está llegando a US$58”.

Diversos factores han influido en el incremento del precio de la urea, como el costo del gas, materia prima que incrementó desde el 2021 a nivel global. Los elevados precios de los fletes de transporte marítimo internacional, las tensiones entre Rusia y Ucrania que impactaron en las importaciones, señala la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Además, el aumento del precio del carbón en China llevó a la reducción de la producción de fertilizantes y las consiguientes restricciones impuestas a las exportaciones para garantizar el suministro del país asiático. Todas estas razones externas, sumadas a la inestabilidad política, hacen cada vez más sombrío el panorama en el país.

Importación de fertilizantes

Frente a las limitaciones de importaciones de Rusia y China, las importaciones de urea en Perú disminuyeron en 58% respecto al promedio de los últimos siete años, según cifras del Midagri.

Desde octubre de 2021, el Estado peruano ha lanzado tres convocatorias internacionales para la compra de urea. Sin embargo, han estado llenas de irregularidades y cuestionamientos por parte de la Contraloría.

El Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural (Agro Rural), ente adscrito al Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), otorgó la adjudicación de la compra internacional de urea nitrogenada a la empresa Prime Charters International LTD, tras culminar proceso de licitación iniciado en octubre.

Agro Rural señaló que la empresa keniana deberá cumplir con la entrega de un total de 44,000 toneladas de este insumo agrícola (bolsas de 50 kilogramos) conforme a un plazo establecido.

Así mismo esta adquisición demandará un desembolso de US$ 17′600,000 para la atención y continuidad de la campaña agrícola 2022-2023 que se lleva a cabo en las zonas rurales del país. Los beneficiarios de la urea nitrogenada serán los productores rurales con una extensión de terreno de hasta cinco hectáreas, quienes deberán estar empadronados respectivamente en las dependencias del Midagri/AgroRural del departamento proveniente.

En medio de esta situación, hay alrededor de 950 mil productores y 1,7 millones de hectáreas que dependen y están esperando la fertilización química en el Perú, de acuerdo al análisis del economista del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), Miguel Pintado. El investigador también señala que el arroz, el maíz y la papa muestran una muy alta dependencia de fertilización: más del 50% de los productores dependen de los suplementos químicos.

Laureano del Castillo, director ejecutivo de CEPES, declaró a Diálogo Chino, que, así como en la compra de la urea, el gobierno no es claro con las medidas que se aplicarán para su distribución. Los productores registrados en el Padrón de Productores Agrarios (PPA) ya superan el medio millón, por lo que expertos señalan la necesidad de una nueva compra para satisfacer la cosecha actual. “Tenemos un posible escenario donde habrá una reducción de cosecha debido al limitado acceso del fertilizante”, señaló Del Castillo. El resultado será la caída del rendimiento, que se traduciría en menos oferta y mayores precios, y que afectaría sobre todo a las familias pobres que destinan mayores ingresos a la compra de alimentos.

Tenemos un posible escenario donde habrá una reducción de cosecha debido al limitado acceso del fertilizante para la campaña agrícola 2022-2023, que permite conocer perspectivas para orientar a los agricultores, indican un crecimiento del 4% del área plantada respecto al promedio de las últimas cinco campañas. Sin embargo, se espera una reducción de producción de arroz y papa, productos importantes en la dieta peruana y que representan el 23% del valor bruto de la producción agrícola.

Las perspectivas de producción de la papa para el próximo año caerían en 10,7%, unas 620.873 toneladas menos que en el 2022. Mientras que la producción de arroz disminuiría en 7.5%.

Esta disminución está impulsada por el incremento en “los precios de los fertilizantes químicos que encarecen el costo de los cultivos y la capitalización del pequeño agricultor”, señaló Rigoberto Coico, director de Dirección General de Políticas Agrarias (DGPA) del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).

Exportaciones chinas en la mira

Al ser China uno de los principales países exportadores de fertilizantes químicos, los altos costos de energía, una menor producción interna y las restricciones establecidas por la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC) a las exportaciones tuvieron efectos a nivel mundial. 

El Banco Central de Reserva (BCR) informó que mediante entrevistas a empresas importadoras de fertilizantes se ha visto un incremento de las importaciones de China, aunque hay una demora de 90 días desde que parten del país asiático. Estos tiempos prolongados, como menciona el BCR en su reporte, está haciendo que los empresarios empiecen a valorar otros mercados, como Argelia, Bolivia e Indonesia.  

Perú adquirió de China los principales fertilizantes empleados en el 2021, según cifras de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat): 87.000 toneladas de urea, es decir, el 26,7% del total de las importaciones de urea de Perú; el 48,7% (124.800 toneladas) de sus importaciones de sulfato de amonio; y el 41,1% (52.200 toneladas) de sus importaciones de fosfato de amonio.

Cabe recordar que China incorporó medidas para la supervisión a la exportación de fertilizantes químicos desde octubre del 2021. Estas medidas podrían tener un impacto en países de la región que dependen de las importaciones de fertilizantes como Brasil, México y Argentina. Aunque Brasil, uno de los mayores productores agrícolas, logró mantener sus importaciones al ser uno de los principales consumidores de insumos chinos. 

Opciones orgánicas de fertilizantes

Toda esta engorrosa situación, ha llevado a que se planteen alternativas para asegurar las cosechas. Recientemente, el Midagri anunció la creación del Gremio Nacional de Fabricantes de Abonos y Fertilizantes Orgánicos (Grenfafo) con una producción potencial mensual de más de 58 mil toneladas de fertilizantes orgánicos sólidos y más de un millón 200 mil litros de fertilizantes orgánicos líquidos.

Martín Valdivia, coordinador del Grenfafo, dijo a Diálogo Chino que la ventaja de estos fertilizantes es que se pueden reformular dependiendo del tipo de cultivo al que se está atendiendo. “Los resultados han sido favorables para la siembra de frutales, palta, papa, arroz y maíz, por ejemplo. Tenemos una alternativa viable, nacional, sin la necesidad de depender de las condiciones externas al país [por la dependencia de la urea]. Estamos hablando de cambiar un chip de décadas sobre el uso de fertilizantes químicos”, señaló. 

Pese a que agricultores de algunas regiones del sur del Perú vienen implementando estas prácticas, Valdivia admite que falta más difusión de su uso y que el Midagri, que en un momento los apoyó, no responde sus pedidos. 

Por otro lado, la campaña para el uso del guano de las Islas, recolectado de las islas del litoral peruano y rico en nutrientes, pretende extraer en el 2022 un total de 102 mil toneladas de guano a nivel nacional, lo cual beneficiaría a 150 mil agricultores. Durante esta época el guano es recolectado de las islas de las regiones de La Libertad, Lambayeque y Piura, al norte del país. Su acopio y comercialización está a cargo de Agro Rural y está destinada principalmente a satisfacer la demanda de los productores peruanos que manejan hasta 10 hectáreas.  

“Hay una oportunidad para impulsar el uso de fertilizantes orgánicos y cubrir parte de la demanda, pero falta mayor apoyo. Si no queremos depender de las importaciones de fertilizantes químicos, deberíamos tener plantas de producción, que podríamos tener porque producimos los insumos como el gas, que es base para la urea, y de fosfatos. Debería ser una política de gobierno”, dijo a Diálogo Chino, Eduardo Zegarra, especialista en temas agrarios y miembro del centro de investigación GRADE.

En plena alza de los fertilizantes, el ex titular del Midagri, Óscar Zea, anunció que su despacho sostuvo reuniones con empresarios de China y Corea para instalar una planta productora de fertilizantes en un plazo de dos años. Pasaron cinco meses de dicho anuncio, pero aún no hay avances. 

“Es una crisis que golpea, pero plantea posibilidades. A largo plazo se podría eliminar esta dependencia tecnológica, productiva y económica [de los fertilizantes químicos]”, añade Laureano del Castillo, que, a pesar de los contratiempos, espera que los más de dos millones de campesinos puedan superar este complicado momento.

Si hacemos una mirada interna, Perú cuenta con importantes yacimientos de fosfatos que en un futuro podrían satisfacer la demanda interna de fertilizantes; así la agricultura y seguridad alimentaria de nuestro país no sea tan vulnerable como ahora.

Referencia:

Leslie Moreno, Diálogo Chino.

CEPES (Centro Peruano de Estudios Sociales).

1 Comment

  • Raúl Dueñas Cusihuallpa
    Posted 29 octubre, 2022 at 11:56 am

    La basura orgánica que se origina en la población urbana y también en la rural, de acuerdo a la costumbre y políticas de estado es considerado como algo desechable por ser nocivo para la salud pública. Por que no revertir esa costumbre y política estatal revalorando dicha basura orgánica que es problema en las ciudades convirtiéndola en materia prima para la producción de humus de lombriz muy superior en calidad a los fertilizantes químicos.

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