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Condiciones de vulnerabilidad de la población peruana en el riesgo de desastre

La población del Perú enfrenta una realidad de altos niveles de vulnerabilidad, de acuerdo al Plan Nacional de Gestión de Riesgo de Desastre (PLANAGERD) al 2050. Reconoce como problema público la “alta vulnerabilidad de la población y sus medios de vida ante el riesgo de desastres en el territorio” y señala como sus principales causas la ocupación y uso inadecuado del territorio, la débil comprensión del riesgo de desastres en todas sus dimensiones, la débil gobernanza de la gestión del riesgo de desastres, la debilidad en la incorporación e integración de la gestión del riesgo de desastres en las inversiones públicas y privadas y la falta de eficacia y oportunidad para la respuesta y recuperación.

La población vulnerable es aquella que está expuesta y es susceptible de verse afectada ante la ocurrencia o probabilidad de ocurrencia de un peligro y que no cuenta con la capacidad de resistir, absorber, adaptarse, transformarse y recuperarse de sus efectos de manera oportuna y eficiente.

Medios de vida, conjunto de actividades y estrategias que ponen en marcha los miembros de un hogar para ganarse la vida, esto incluye activos físicos, naturales, humanos, sociales y financieros, también se incluye el empleo del trabajo de los hogares y el uso de otros activos domésticos, de cuyas ganancias se puede vivir.

Algunas condiciones de vulnerabilidad son generales o transversales, es decir se relacionan con todos los peligros, porque están determinadas por los contextos sociales, económicos y ambientales. De manera indicativa se puede señalar los siguientes:

  • Alto nivel de pobreza, contribuyen significativamente a incrementar la vulnerabilidad de la población de bajos ingresos y debilita su capacidad de recuperarse de los impactos. Sumado a la carencia o mala calidad de servicios básicos, los altos índices de desnutrición, el bajo nivel educativo, las condiciones de salud deterioradas y la ausencia de políticas de desarrollo económico de beneficio directo.
  • Dinámicas sociales, crecimiento acelerado de la población urbana y su concentración en la costa; debido a un proceso migratorio desordenado que, entre otras cosas, empuja a la población hacia las ciudades; los procesos no planificados de crecimiento y personas en edad de trabajar en relación con las personas en edades inactivas.
  • Ocupación y uso inadecuado del territorio. Ocupación de terrenos para vivienda en zonas de riesgo, incluida la ocupación informal de población con escasos recursos como aquella de mayor poder adquisitivo. Inadecuado proceso de urbanización y la falta de planificación de las ciudades y comunidades.
  • Ausencia de una adecuada planificación estratégica y operativa. Por ejemplo: en Gestión de Riesgo de Desastre (GRD) y en la aplicación de marcos normativos existentes, que regulen la construcción de viviendas e infraestructuras con criterios de seguridad y sostenibilidad de GRD.
  • Deficiente gestión del conocimiento sobre GRD, falta de entendimiento, planificación y articulación de la información; insuficiente y desarticulada generación de estudios e investigaciones sobre GRD; e incipiente comprensión de la población sobre las condiciones de riesgo en sus territorios.
  • Escaza participación de la sociedad civil y del sector privado, debido a las condiciones sociales de la población, la debilidad de las organizaciones comunitarias y sociales, insuficientes servicios que ofrece el Estado para fortalecer su capacidad de participación y ausencia de mecanismo de contraloría y rendición de cuentas.
  • Falta eficacia y oportunidad para la respuesta de recuperación, como resultado de las débiles capacidades institucionales y de la población; la debilidad de mecanismos y estrategias en materia de preparación, respuesta y recuperación; la desarticulación de las intervenciones de rehabilitación y reconstrucción son una suma de deficiencias para dar una respuesta oportuna cuando ocurren emergencia y desastres.

 

Además de estas condiciones generales, también se pueden establecer condiciones de vulnerabilidad relacionado a un peligro en específico, entendiendo por principales aquellos que tienen mayor potencial destructivo y mayor probabilidad de ocurrencia, y para ello se han considerado tres diferentes factores: grado de exposición, la fragilidad y la resiliencia.

La exposición está referida a las decisiones y prácticas que ubican al ser humano y sus medios en la zona de impacto de un peligro. A mayor exposición, mayor vulnerabilidad.

La fragilidad está referida a las condiciones de desventaja o debilidad relativa del ser humano y sus medios de vida frente a un peligro. A mayor fragilidad, mayor vulnerabilidad.

La resiliencia está referida al nivel de asimilación o capacidad de recuperación del ser humano y sus medios de vida frente a la ocurrencia de un evento. A mayor resiliencia, menor vulnerabilidad.

Referencia: Plan Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres 2022 – 2030, Presidencia del Consejo de Ministros (PCM); p. 14. https://dimse.cenepred.gob.pe/simse/cenepred/docs/PLANAGERD_2022_2030.pdf

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