El fósforo, generalmente en forma de fosfatos, es un elemento ampliamente utilizado en el sector agropecuario como fertilizante y como suplemento mineral en la nutrición de los animales. La mayoría del fósforo utilizado proviene de minerales fosfatados, principalmente rocas. Estas rocas tienen un uso limitado como suplemento mineral para animales debido a su escasa solubilidad y como fertilizante debido la disponibilidad relativamente lenta para el crecimiento de la planta. Se hace necesaria la transformación química de estos materiales para obtener otros que tengan mayor solubilidad y disponibilidad. Dicha transformación se realiza tratando la roca fosfórica molida con calor y/o ácidos minerales fuertes como el ácido sulfúrico y/o ácido fosfórico. Dependiendo de la tecnología usada, se obtienen fosfatos de calcio con mejores propiedades en cuanto a solubilidad y disponibilidad. También se puede usar ácido fosfórico como materia prima, el cual al hacerlo reaccionar químicamente con otros materiales (Ej. carbonato de calcio) daría origen a fosfatos de calcio (Ej. fosfato monocálcico y/o fosfato dicálcico), fosfatos de sodio y fosfato de magnesio, dependiendo del material reaccionante utilizado.